“Viajar es marcharse de casa,
es dejar los amigos
es intentar volar
volar conociendo otras ramas
recorriendo caminos
es intentar cambiar”. García Márquez.
Hola amigxs, a continuación les dejo algunas de las actividades que hemos ido desarrollando en nuestros meses de vida Dublinera, para que quienes estén pensando en venir, puedan sacar ideas 🙂
1-Visita al Temple Bar: El famosísimo y mítico bar color carmesí. Punto de encuentro de lugareños y turistas por igual. Todos más apretados que en lata de sardinas, eso sí, pero disfrutando de música en vivo y de su estética particular. El Temple Bar es un lugar ideal para quienes buscan comer y tomar algo en uno de los sitios más emblemáticos de Dublín y hacer la experiencia irlandesa por excelencia: beber y reír.
2-Visita al museo de la empresa de whiskey “Jameson”: Hubo un día, lejos y hace tiempo, que un escocés aventurero se instaló en Dublín para cumplir un sueño: fabricar un tipo de Whiskey único. Se la jugó, diríamos nosotros, y le salió perfecto. En el museo conocerás los secretos de su éxito.
La visita al lugar consiste en una caminata guiada (de quince personas más o menos) por los distintos momentos de la producción de Whiskey. Interactiva y llevadera, la misma comienza con la proyección de una película en una sala de cine (allí se pueden pedir subtítulos en el idioma que se desee). El recorrido continúa por cuartos donde se pueden apreciar algunas máquinas e ingredientes. La experiencia permite: ver, oler y tocar cada ingrediente, de esta manera logramos familiarizarnos con el proceso de fabricación desde todos los sentidos.
Luego, lo que todos esperábamos: la degustación. Esta consiste en catar tres tipos de whiskeys, el americano, el escocés y el irlandés.
Al final del recorrido, la despedida se realiza en una sala tipo bar, donde se ofrece a los visitantes un trago largo o un whiskey tamaño normal. Consejo: piquen algo antes de entrar.
3-Visita a la casa de cerveza “Guinness”: Casi como un parque temático de Disney, la casa Guinness está preparada para recibir flujos incesantes de turistas a cada minuto. La visita consiste en una breve presentación humana del visionario Arthur Guinness y su contrato de alquiler por nueve mil años, y luego de esa nota de color, todo lo demás será mecanizado. Escalera mecánica va, video informativo viene, arréglatelas solito. En los siete pisos que conforman este imponente edificio, encontrarás tiendas de regalos, bares, exposiciones, y algún que otro sillón desperdigado por ahí.
Esta visita puede ser un plan para toda una tarde, si se tiene en cuenta que luego de ir viendo los distintos pisos y escuchado los audios de cada atracción, en el séptimo y último piso se encuentra el “Gravity bar” de 360 grados, con increíbles vistas de los puntos más famosos de la cuidad.
4-Visita al museo del Gnomo: ¿Al museo del qué? Sí, del gnomo. Este simpático lugar es tanto para pequeños como para adultos. El museo del gnomo propone una visita de media hora por divertidos y graciosos escenarios, acompañando cada parate con una historia de fantasía perfectamente narrada. Si afuera llueve, si esta medio bajón el día, no lo duden: éste es un plan que les sacará una sonrisa.
5-Visita a la galería de arte: Amplia y bella galería de arte de dos pisos, en la cual, además de ver obras famosas también se puede disfrutar de conciertos musicales gratis. Los días domingo se llevan a cabo en el recinto conciertos gratuitos, que por lo que hemos visto son impecables. A no dejar pasar esta maravillosa oportunidad.
6- Visita a Trinity College: Imponente edificación del año del jopo (1311), que para quienes amamos la historia, es un destino imperdible.
7-Visita al Museo de Historia Nacional: De primera calidad y gratuito, este Museo Nacional es un excelente plan para ocupar dos o tres horas de la vida en conocer más sobre el pasado Irlandés, sus guerras y sus modos de vivir la época colonial y la republicana.
8-Paseo por el Jardín Botánico: Enorme y bello, el Jardín Botánico de Dublín se define a sí mismo desde sus aspiraciones científicas, por lo cual el pic-nic allí no está permitido, pero sí las caminatas y las visitas guiadas.
El predio, repleto de flores, ardillas y pájaros, es idea para perderse en lenta caminata bajo sus zonas arboladas a las costas del río. Más que recomendable destino para quienes amen la naturaleza.
9-Paseo por el mercado callejero céntrico: Este no es un mercado callejero a todo trapo, hay que ser sinceros aquí, pero es un mercado callejero al fin y al cabo. Para quienes disfrutan de comer cosas caseras, artesanales, o simplemente dar unas caminatas pispiando los productos regionales y sintiendo sus aromas, aquí tienen donde hacer estas cosas.
10-Paseo los parques Fénix y Stephens Green: El primero cuenta con más de 700 hectáreas de extensión, siendo así el parque urbano más grande de Europa. Fue creado en el año 1662 para el cuidado de ciervos y en el año 1745 se declaro espacio público. El segundo parque llamado: “Stephens Green”, es el famoso corazón de la ciudad y, si bien es más pequeño, es también muy bonito.
¿Esos dos parques solos? ¡No! En toda Dublín nos encontraremos con hermosos parques, algunos son plazas de doscientos metros cuadrados, otros son más grandes, pero lo importante es que todos cuentan con espacios seguros y cuidados para hacer sus deportes, para pasear a sus mascotas o para distenderse escuchando música en una apacible caminata. Estos sitios de patos, pastos fosforescentes y arboledas, son ideales para hacer pic-nic o tomar mates y disfrutar del aire libre.
11- Trekking por Howth: Howth es un destino imperdible para gastar la suela de las zapatillas en un día de sol. Desde Dublín centro se puede llegar allí en tren o colectivo, en tan solo media hora. Las vistas son prodigiosas y además de los acantilados, el mar y los colores de la vegetación, hay una oferta interesante de comidas callejeras, enfocada en frutos de mar.
12- Paseo por Malahide: En tren o en colectivo se puede llegar a este destino en un rato de viaje. La ciudad es bellísima, con subidas y bajadas, con casitas de colores y bares históricos. El predio donde se halla el castillo es gigante y se puede pasar la tarde entera allí, caminando, haciendo yoga o andando en bicicleta.
13- Visita al Faro “Poolbeg lighthouse”. Para los amantes de mar y la playa, este es un destino hermoso para pasar un rato en la tranquilidad plena de ir y venir de las olas contra la escollera de piedras. No es conocido excepto por los lugareños, y no llegan hasta allí los colectivos, por lo cual, es un sitio “selecto” podríamos decir.
14- Trekking por Bray Greystones. Otra imperdible caminata de seis kilómetros bordando acantilados, con unas vistas de película. Súper recomendable. No olvidar cargar la cámara de fotos en la mochila.
15- Ir al cine “Savoy”. Si el día es uno de esos típicos días Dublineros, de lluviecita y frío, un buen plan puede ser ir al cine más antiguo de la ciudad de Dublín, construido en el año 1923.
16- Conocer las bibliotecas y su potencial. Las bibliotecas son increíbles en Dublín. Se puede ir a ellas para leer libros, claro, pero también a tocar un instrumento, a escuchar música, a alquilar películas, a usar el WIFI abierto.
17- Buscar “joyitas” en casas de caridad. En esta ciudad hay muchísimas casas de caridad, ¿qué son? ni más ni menos que locales de usados, que en algunas ocasiones contienen también prendas, calzados y accesorios nuevos, y que nos permiten hacer “shopping” gastando apenas monedas, y ayudando a causas nobles.
Por último, parafraseando a William Butler Yeats, no hay extraños aquí, sólo amigos que aún no has conocido. El tiempo libre es tiempo de abrirse y hacer amistades. Aquí, en la barra de algún bar, en una mesa dentro de un café, o en una vereda cualquiera, se puede iniciar una conversación con otra persona, y transformar así un día simple en uno muy especial 🙂